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Bibliotecas todo terreno; camionetas recorren poblados remotos de Oaxaca

Más de cinco mil libros recorren durante varias horas la agreste y complicada orografía oaxaqueña hasta llegar a comunidades de la Sierra Norte, Istmo de Tehuantepec y Mixteca, además de las zonas mixe y triqui,  donde los reciben con entusiasmo para leerlos en voz alta y libertad.

Se trata de camionetas equipadas con libros, cajas, petates, anaqueles y caballetes que recorren los puntos más alejados del estado. Transportan libros para todas las edades, aunque llevan mano los de temas  infantiles y juveniles.

Son cinco bibliotecas itinerantes, cada una, a cargo de  dos promotores de la cultura escrita. Ellos y ellas fungen como narradores, cuenta cuentos, bibliotecarios, gestores y choferes; son personas todo terreno”, explicó Socorro Bennetts Fernández, responsable de las bibliotecas móviles, auspiciadas  por la Fundación Alfredo Harp Helú.00:0000:00https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.621.0_en.html#goog_1367865331https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.621.0_en.html#goog_1367865332https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.621.0_en.html#goog_1367865333Pero, sobre todo, son mujeres y hombres comprometidos que dejan la comodidad de su casa por 22 días para recorrer la entidad, descansan una semana, para luego retomar su travesía ”, agregó.La primera biblioteca móvil  inició su recorrido en 2008, por la región Sierra Norte, se sumó la Mixteca, en 2011, y después el Istmo, tras los acontecimientos derivados del terremoto en 2017, posteriormente, se incorporaron las zonas mixe y triqui.La también coordinadora de proyectos educativos de la Fundación expuso que las bibliotecas visitan cada mes unas 85 poblaciones donde los encuentros son significativos, llegan personas desde la primera infancia hasta adultos mayores, “y no podríamos hacerlo sin el gran apoyo de las autoridades escolares y municipales que nos brindan sus espacios, nos abren las puertas y dan cobijo a los narradores”, resaltóAdemás de propiciar la lectura en las comunidades y prestar libros a quienes lo requieren, la biblioteca genera otro tipo de actividades, como la proyección de cine de arte, facilitar un microscopio y, en las noches despejadas, el uso guiado del telescopio para observar las estrellas y aprender los nombres de las constelaciones”.Con la biblioteca móvil de la Sierra Norte, a casi 17  años de su creación, hemos tejido redes lectoras y humanas en los sectores Cajonos, y Zoogocho y también con el distrito de Ixtlán”, comentaron las promotoras Amparo Valdivieso y Sofía Díaz. El compromiso de ambas es sorprendente, ya que cuando visitan la localidad de Pozo Conejo, del municipio de  Villa Hidalgo Yalalag, llegan caminando con mochila al hombro, por la falta de una carretera.Por su parte,  Araceli López, narradora encargada de la zona triqui, resaltó el reencuentro mensual con los pequeños lectores, escucharlos  opinar sobre una fábula, un cuento o una leyenda. encanta que nos instalemos en la plaza pública para leer cuentos y yo los traduzca al triqui, su lengua materna, porque así se incorporan las  mamás  y abuelitos”, recordó.En tanto, Gladys Contreras, promotora de la región del Istmo comentó, “cuando llegamos a la comunidad se acercan  por grupitos, y uno se da cuenta de que ya somos bastantes. Cada uno se acomoda para escuchar, hojea un libro, o busca en el librero o en las cajas qué leer.En la región del Istmo, después del terremoto, la biblioteca se convirtió en un  espacio de resiliencia.  A la gente le gusta  convivir alrededor de los libros de nuestro acervo, asimismo, lo siente como un espacio seguro.Cuando llegamos a una comunidad anotamos en la bitácora las opiniones de las familias, el comportamiento de los lectores, así como algunas de sus preocupaciones, como la migración, la inseguridad, el cambio climático o los conflictos políticos”, refirieron Édgar Olmedo  y André Sánchez, responsables de la ruta mixe.Un niño comparó  nuestra visita como un día de fiesta y otro nos entregó un dibujo donde resalta la biblioteca móvil”, compartieron.Lo que más nos emociona es cuando ustedes nos leen cuentos y les pedimos más y más. Llegando la hora de la película se junta la gente, gritamos de alegría, ya que nadie más nos viene a poner películas”, compartieron  Ángel Cosmes y Neftalí Jiménez, de la ruta:Mil libros transporta cada una de las cinco bibliotecas móviles rurales.64 mil 889 niños y niñas y adolescentes fueron atendidos en 2023.El año pasado visitaron 770 comunidades.Realizaron 6 mil 632 lecturas en voz alta.Libros favoritos: “El día que los crayones renunciaron”, de  Drew Daywalt, FCE. “Los cocodrilos copiones”, de David Bedford/Emily Bolam. Editorial Ekaré Europa. cva

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